En esta nueva sesión, tiene lugar un resumen de la clase anterior, que versó sobre los métodos de evaluación. En la actualidad, en la educación tiene gran peso las competencias, que suponen una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, emociones, etc., que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz. Como ya sabemos, hay tres tipos de evaluación:

1. La diagnóstica.

2. La sumativa.

3. La formativa.

 

Además, se vuelven a comentar las herramientas de las que dispone el docente para la labor evaluadora, como pueden ser las rúbricas, los cuestionarios de coevaluación o los de autoevaluación, los cuales son para evaluar el proceso. Para evaluar el aprendizaje, nos encontramos con listas de cotejo, escalas de observación, portfolios, etc. Según quién evalúe, existe la autoevaluación, la coevaluación y la heteroevaluación.

 

Hay que destacar el uso del portfolio para evaluar, el cual recoge el material elaborado a lo largo del desarrollo del proyecto, lo mantiene y gestiona el estudiante y éste lo comparte con el docente para su evaluación. Así, permite al docente recoger evidencias y reflexiones sobre el proceso de aprendizaje. Para su evaluación, son interesantes las rúbricas, que permiten valorar los portfolios y situar las evidencias de aprendizaje en relación con los elementos claves del proyecto.

 

Los portfolios tienen cuatro fases:

1. Colección de documentos del proceso de aprendizaje.

2. Selección de evidencias que demuestren el aprendizaje.

3. Reflexión sobre lo que se ha aprendido y qué se puede mejorar.

4. La fase de compartirlo.

 

Hay diferentes plataformas en las que realizar el portfolio (digital), como pueden ser Seesaw, Wix, Blogger, ClassDojo…

 

También existen los registros de observación para evaluar, los cuales pueden ser listas de cotejo o escalas de observación. En la lista de cotejo sólo hay dos posibilidades (sí/no; cierto/falso o logrado/no logrado), mientras que en la escala de observación hay varios niveles, que pueden ser numéricos, gráficos o categóricos. Otro tipo de registros serían los cuestionarios, pudiendo ser autoevaluación o coevaluación. Existen, además, los diarios de aprendizaje (metacognición), donde los alumnos pueden escribir lo que piensan o sienten sobre lo que han aprendido, aquellas actividades más difíciles, el valor de esos aprendizajes en sus vidas, etc.

 

Hay que saber cómo diseñar la evaluación, identificando los estándares de aprendizaje, saber qué competencias se trabajan con esos estándares y diseñando la herramienta (rúbrica o ejercicio escrito). Por otra parte, en esta sesión se ha explicado cómo elaborar una rúbrica de evaluación, con gran importancia del método a seguir, los aspectos a evaluar, etc.